martes, 30 de junio de 2009

Bulnes, en el corazón de los Picos de Europa

Bulnes. Hay hoy día dos maneras de llegar a este mítico pueblo de los Picos de Europa. Una es a través del funicular subterráneo que desde Poncebos y en unos minutos nos eleva hasta la aldea, hasta no hace mucho incomunicada por los medios habituales de comunicación. La otra es ascendiendo por la senda que siguiendo el río Tejo lleva al caminante o jinete hasta la perdida aldea.
No hay color, (aparte del clave que es el precio del funicular para los turistas) entre llegar andando después de la experiencia que supone remontar las suaves rampas que salvan el desnivel entre los dos extremos del recorrido o hacerlo en la máquina que además, por subterránea, nos priva de disfrutar el paisaje de la zona.
Una vez arriba, y gracias a las fechas en que nos encontramos, la tranquilidad, y el sosiego nos remontan a los tiempos en que la senda era obligatoria para todos, lugareños y turistas, y nos permite reponer fuerzas tranquilamente en sus posadas e incluso, entablar conversación con las gentes que aun pueblan estos pagos.