domingo, 25 de septiembre de 2011

Tras las últimas huellas moriscas

Aprovechamos el puente festivo local de septiembre para hacerle unos kilómetros a la moto, y si el objetivo era tragar curvas, lo cumplimos de largo, pues unos 400 km. plagados de ellas nos echamos encima en tres días muy intensos.

Con la moto cargada salimos la mañana del viernes tomando la carísima autopista de peaje que abandonamos en Vera para dirigirnos tras cruzar la veraniega costa de Mojacar a Carboneras por la serpenteante carretera de la costa.

Tras una refrescante parada en este bonito pueblo costero almeriense, continuamos hacia el interior de la desértica región de Cabo de Gata.



A comer llegamos a La Isleta del Moro, pequeña aldea junto a la playa de los escullos y a la sombra de las volcánicas siluetas de la caldera de Los Frailes que se supone saturada en los meses veraniegos pero preciosamente marinera y coqueta con este septiembre moribundo.



La Isleta del Moro


Otra vista deLa Isleta

Tras la comida reemprendemos la marcha dejando San José para otra ocasión y tras rodear por autovía la trama urbana de la capital almeriense, tomamos el camino de la sierra. Laroles, pequeña aldea alpujarreña en los límites entre la granadina y la almeriense es nuestro objetivo.
La llegada como ya empieza a ser tradicional al camping elegido, lloviendo, dificulta las tareas de instalación, ya de por si complejas por desplazarnos en moto y con el aparejo mas que justo.


Curvas y pueblos, pueblos y curvas van adornando el día que amanece radiante en la históricamente aislada comarca que recorremos de este a oeste por la elevada carretera que desgrana el rosario de pequeños pueblitos. Júbar, Mairena, Medina Alfajar, Yegen, Cádiar, Berchules, Juviles... nos llevan directamente hasta la trucha emplatada en Trevélez. A partir de ahí bajamos al valle para volver a Leroles, entre cuyas tranquilas calles y bares pasamos el resto de la tarde.


La Mañana siguiente y tras recoger, nos espera el puerto de la Ragua, desfiladero natural que atraviesa la sierra para abrirnos paso hacia el llano andaluz.
Todavía nos esperan la visión del bonito castillo renacentista de La Calahorra o la agradable sorpresa que nos depara el casco histórico de Guadix y su catedral.


Vistas desde la Regua


Castillo de la Calahorra


Catedral de Guadix


Coro de la catedral