sábado, 15 de enero de 2011

Ascenso al Morrón Chico o de Alhama


Aunque hace unos días hicimos el pico del Águila en Los Belones (Cartagena) atravesando un precioso bosque en umbría tapizado de setas, ha sido hoy cuando realmente hemos iniciado nuestras andaduras de este año 2011. Y nos hemos ido a hacerlo a Sierra Espuña. El objetivo, acceder al Morrón Chico con una cota de 1444 partiendo desde la casa forestal de La Perdiz a 780.

Es todavía de noche cuando dejamos Cartagena camino de la sierra, El termómetro en la llanura marca 4 ó 5 grados, que curiosamente ascienden hasta los 8 cuando comenzamos a elevarnos dejando atrás las incontables curvas que nos separan de nuestro primer objetivo, el aparcamiento de la Perdiz en donde dejamos el vehículo y comenzamos la caminata sin molestar a un grupo que al raso, apura los últimos minutos del descanso nocturno junto a las cocinas.



Aun no ilumina el sol, oculto tras las colinas de levante cuando abordamos el ascenso por el cortafuegos, que nos ocupara casi una hora hasta alcanzar la senda del caracol, elaborada con mampostería en la época de las repoblaciones de Codorniu que recorre la ladera del morrón hacia el norte.

Descubrir a cada paso las vistas y rincones que nos ofrece este espectacular sendero son la gran sorpresa del día. Es fabulosa la cantidad de sorpresas que nos deparan los rincones mas recónditos de nuestro entorno natural cuando conseguimos salir de las masificadas localizaciones turísticas.








Aquí colgados a casi 400 mts. sobre el fondo del valle vamos progresando hacia la siguiente sorpresa que nos depara la espléndida mañana invernal.

Las escalerillas. Una espectacular obra de arquitectura popular, realizado con el objetivo de facilitar el acceso de las caballerías durante las ya comentadas tareas de repoblación, que salva un desnivel de casi 100 metros en un zig-zag aprovechando un canchal natural y con las mismas piedras de este

Lamentablemente, poco futuro le auguramos a este paraje debido a los tremendos derrumbes que nosotros mismos producimos al atajar las curvas. Desde aquí hacemos un llamamiento a los montañeros a que conserven estas estructuras con el solo gesto de seguir el sendero sin atajar.



Una vez arriba nos despedimos momentáneamente del Leiva para adentrarnos en el macizo montañoso siguiendo la ladera norte hasta el punto en que giramos hacia el sur y abordar directamente el pico del morrón chico o morrón de Alhama, al que llegamos después de 2 horas y 50 minutos totales desde el inicio de la excursión.



Es el momento de reponer fuerzas y observar las vistas en las 4 direcciones que reserva este lugar para los que se atreven a llegar hasta él. La mañana, soleada aunque con alguna bruma, nos permite disfrutar del momento caldeados por el dorado vino del plan que acompaña a embutidos cartageneros y valencianos.

Lo duro ya está hecho, y al retomar el camino lo hacemos con la tranquilidad de que lo que nos resta es descender, ya que no entra en nuestros cálculos el ascenso a la morra de las moscas, sino que tras atravesar los llanos de las tres carrascas y superar el pino grande nos desviamos hacia el NE descender por un muy bien marcado sendero hasta las inmediaciones del collado Blando en que se difumina entre las pedrizas, lo cual no es problema ya que en este punto vemos el collado a simple vista.


Ya solo nos queda descender el valle aprovechando al máximo los atajos disponibles. En una hora embocamos la “senda del Dionosaurio” y 15 minutos después nos encontramos refrescándonos en la fuente de La Perdiz con la satisfacción de haber realizado una preciosa aunque algo exigente excursión.