Abandonamos la civilización dejando el vehículo en la Venta del Huevo la cual, cerrada, nos negó el cafetito mañanero. Desde alli nos encaminamos a las estribaciones del Cerro negro, ante el cual podíamos hacer dos cosas subirlo o rodearlo. Naturalmente realizamos lo mas lógico; subirlo a trocha para tomar el aperitivo de lo que en cuanto a vistas nos tenía preparada la jornada. Bonito campo de palmitos nos encontramos próximo a su cima.
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Perfecta tachuela la del Cerro Negro |