lunes, 28 de octubre de 2013

¿Tu cuidas la montaña o qué hase?

Si hombre, que es a ti. ¿tu no eres el que últimamente sube a la montaña los sábados? ¿Tal vez los domingos? ¿a correr?, ¿a andar? ¿A pedalear en tu bicicleta? A pasear con la familia? Si, sin lugar a dudas es a ti al que le estoy hablando. Mira, es que cada  vez somos mas los que subimos al monte, y no todos saben como disfrutarlo y cuidarlo dejándolo en perfectas condiciones para los que vendrán detrás.

Tienes que tener en cuenta que en la montaña no hay SML (Servicio Montañés de Limpieza), y lo que allí dejamos permanecerá durante mucho tiempo. En el mejor de los casos ensuciará y afeará. En el peor perjudicará  a sus legítimos propietarios, la flora y la fauna de ese lugar que tu has escogido para pasar la mañana, el día o las vacaciones precisamente porque es maravilloso y está habitado por seres sorprendentes. Es por ello que si sigues los consejos que a continuación puedes leer, colaborarás a que entre todos sigamos mimando a nuestras montañas y nuestros hijos, los tuyos, dentro de unos años puedan seguir disfrutándola.

Todo el mundo sabe que allí no hay que dejar restos que no sean biodegradables, aunque como puedes ver en estas fotos hay a quién se le olvida.






No obstante, tu que si sabes lo anterior, tampoco dejes peladuras de frutas, cáscaras de frutos secos y otros productos por muy biodegradables que sean pero que tardan meses en hacerlo. Recuerda que no alimentan a ningún  animal y ensucian visualmente, sobre todo, aquellos lugares pequeños en donde todos nos detenemos a descansar, cimas, alrededores de fuentes, sombras, etc.  No cuesta tanto transportar esas peladuras de naranja de vuelta y evitar a cientos de excursionistas que tengan que observarlas sobre ese paisaje que tu si que has disfrutado limpio.


Si tienes que orinar, seas hombre o mujer, hazlo, pero recuerda que tu ropa interior ya esta sudada y apestosa. Ya te ducharás a la vuelta. Evita los pañuelos de papel que al final quedarán tirados en el terreno y si los usas, pues ya sabes, al bolsillo.

Los refugios, abrigos naturales y construcciones abandonadas son el peor lugar en donde aliviarte, hacer de vientre, obrar, salir fuera o para que todos lo entiendan, cagar o mear. Ten en cuenta que en la montaña si necesitas refugio en caso de temporal, lluvia, nieve o imprevistos, agradecerás encontrar esos lugares limpios y dispuestos a darte cobijo. No creo que en ese caso de necesidad te apetezca refugiarte en una letrina tapizada de cacas y papeles decorados.
Si tienes una urgencia evacuatoria durante tu estancia en la montaña, búscate un lugar apartado de los caminos y senderos, haz lo que tengas que hacer y cúbrelo todo, papel incluido con una piedra o tierra. Nada quedará a la vista ni estorbará a nadie. Además, en unas horas habrás creado un auténtico ecosistema allí.

Entra en cualquier súper o híper-mercado de tu ciudad y encontrarás multitud de productos y platos preparados y pre-cocinados que podrás degustar en la montaña. Una vez los hayas contemplado, piensa en la cantidad de residuos, embalajes, envoltorios, etc que vas a transportar en ambos sentidor en el mejor de los casos. En el peor, esos embalajes quedarán abandonados en la montaña. A la hora de preparar tu mochila piensa en comercios tradicionales, productos naturales, sencillos, y te liberarás de esa cantidad de cartones, plásticos, tarrinas, etc. ¿Has pensado en un poco de queso, pan, jamón, vino, embutidos de la zona en donde te encuentres, avellanas, higos secos, ciruelas secas...? A lo mejor podían sustituir a platos preparados, barritas energéticas, dulces envasados individualmente y tantos otros productos cuidadosamente embalados.

La montaña es un deleite para los sentidos, para todos los sentidos, incluido el del oído. No grites, hombre, que se te oye a kilómetros. Respeta a los demás excursionistas, a la fauna y a cualquiera al que le vaya a saltar  el corazón de oírte pegar esos bocinazos.

¿Sabes que cada piedra que movilizas, siempre lo será en sentido descendente y nunca nadie la volverá a poner en su sitio? ¿Sabes que cada vez que te dejas caer derrapando por una pedriza la estás erosionando de forma irremediable?

Tío, Estas en la montaña. Le debes un respeto que ella nunca tendrá contigo. Ten en cuenta tus fuerzas, la meteo, prepara tu ruta, conoce el terreno, lleva el material y las vituallas necesarias. Y con todo, a poco que te descuides, te la jugará y tendrás problemas. En  ese caso búscate la vida. Estas en un entorno salvaje y no puedes estar pensando que a la mas mínima, marcando el uno-uno-dos en tu aparatito tendrás a media Guardia Civil de Montaña a tu servicio. Nadie te ha obligado a subir, apáñatelas para bajar por tus propios medios y deja a los servicios de emergencias para eso, para las emergencias.

Has pensado llevar un mapa? Te aseguro que no es mala idea. Nunca se le acaban las pilas ni se rompe de un mal golpe. Además, si sabes usarlo, te puede sacar de un apuro.

El monte es para disfrutarlo, respetarlo, saborearlo, paladearlo. Si lo atraviesas corriendo, te vas a perder muchas cosas, pero si te gusta hacerlo, se aun mas respetuoso con él. Que el cronómetro no te impida recoger ese envoltorio de la barrita energética.

Si llevas un perro, recuerda que es un depredador y aunque muy descafeinado, perseguirá a la fauna salvaje que encuentre. Cuando te muevas en invierno por zonas frías. Las calorías que gastan los animales salvajes en huir de tu mascota pueden ser vitales para su supervivencia en las hambrunas invernales. Tu mismo.

Del fuego ni te hablo. Recuerda que el monte ya no es explotado por las poblaciones locales. Ya casi nadie sube a por la leña y esta se amontona junto al matorral seco en espera de que llegue el descerebrado de turno, para de forma intencionada  o negligente le pegue fuego y acabe con el paisaje y la vida durante unos 50 o 100 años. Colillas, esa deliciosa barbacoa, la botella rota abandonada y otras mil cosas serán suficientes para arruinar la montaña. Que no se te recuerde nunca por algo así.

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