domingo, 1 de septiembre de 2013

Reflexionado sobre senderismo. Nos vamos a Fatares y al Roldán

Primero de septiembre y muchas ganas de salir a la montaña, desempolvar las botas y volver por las andadas, nunca mejor dicho.
Ya han caído las primeras lluvias, bueno, aquí no pero en el resto de España y quizás por solidaridad han bajado ligeramente las temperaturas de este corto verano de 2013. Total que se han alineado los astros y se dan las condiciones optimas para salir de excursión de nuevo…
Uf…
¿Salir de excursión?
¡Que expresión más trasnochada!
Ahora se hace monte, senderismo, trekking, etc.
¿Pero salir de excursión?
¿Eso qué es?
Yo estas cosas nunca he conseguido hacerlas, ya que pese a que lo he intentado no me termina de salir nunca bien.
Normalmente cuando voy a hacer monte, llego al sitio, y ya se me han adelantado otros y los montes ya están hechos y no caben mas, con lo que nunca puedo hacer monte por mas interés que ponga.
Con lo del senderismo me pasa mas o menos lo mismo. No he de decir que nunca lo haya logrado, que sí, que alguna vez lo he hecho. Pero hay que reconocer que la mayoría de las veces tengo que combinar el senderismo con el caminismo el campoatraveserismo e incluso, aunque es lo que menos me gusta con el carreterismo. El caso es que senderismo, senderismo, en sentido estricto, casi nunca.
Del trekking, ya ni hablamos. Esto creo que es algo parecido a lo nuestro, pero cuando lo hacen guiris. Me parece que hay que llevar judías pintas con tomate para almorzar si quieres hacer trekking del bueno.
Además y quizás lo mas grave de todo, cuando haces monte, senderismo o trekking tienes que llevar para almorzar, bebidas isotónicas, barritas energéticas o zumos de fruta. Sí hombre, de esos que luego te vas encontrando las envolturas tiradas a lo largo del camino o en los lugares de sombra donde puedes descansar. Si se te ocurre hacer senderismo o monte y llevar en el zurrón un buen trozo de queso, pan y un cuartillo de vino para su buen pasar y alguien te descubre, te mirará como si te hubieras acabado de bajar de un platillo volante con ET.
Por lo tanto yo he pensado seguir haciendo lo mismo de siempre, que es salir de excursión, al campo o subir al monte, y así con esa definición entre cutre, casposa y trasnochada, no está tan mal visto llevarse para almorzar alimentos naturales, queso, jamón, empbutidos de la zona en que esté, higos, orejones sin envoltorios ni embalajes. Hasta salazones he llevado, que después de una buena sudada vienen de vicio parra reponer electrolitos.
Y así si alguien me ve, le digo que es que yo es que estoy de excursión y mira por donde la cosa cambia, y ya te miran como dándote por perdido para la causa y se marchan con su isostar y su barrita energética, cuyos embalajes tienen posibilidades de quedar abandonadas sobre algún arbusto del camino. La corteza de mi queso y lo duro del jamón se lo va a comer mi perra, mientras que las hormigas, antes siquiera de irme, ya están retirando las migajitas del buen pan redondo que han caído al suelo. Ah y la bota con el vino sobrante me la llevo de vuelta, que vale una pasta.
Ni rastro pues de que allí estuvo uno de excursión.

Pese a todo, en el título de este mismo blog, pongo la palabra senderismo, ya que si no, con el Google no nos encuentra ni el Tato.

Que manera de enrollarme. Y yo que venía a explicar mi excursión, del sábado, primera de la temporada. Y el caso es que era noche cerrada cuando dejamos la moto en el Parque de Tentegorra y enfilamos el camino de Collado Roldán. 
Tempranito a los caminos


Amanece sobre el fondeadero

Pese a lo temprano de la hora, no tardamos en empezar a escuchar las hirientes voces de otros usuarios  del lugar menos respetuosos que nosotros con el silencio de la amanecida.
En cuarenta minutos y ya con las primeras luces establecidas dejamos atrás el Collado y emprendemos el escenso hasta la playa de Fatares. Idílico lugar con gran cantidad de residuos, unos traídos por el mar y otros, los mas, que claramente llegaron por tierra y fueron abandonados allí de forma incomprensible.





Hasta aquí, todo bien, ahora viene lo bueno, remontar los mas de cuatrocientos metros de altura del monte Roldán desde su base a píe de playa hasta la cima.

Todo por subir
Isla de las Palomas

 Curiosa capilla al aire libre, la que nos encontramos junto a la senda de La Parajola


Cristo de los Buzos ¿?
Y por fin en la muy transitada batería de Roldán. Y transitada, no por excursionistas, ni siquiera por senderistas. Transitada por corredores de montaña, ya que en  toda la mañana solo nos hemos cruzado con estos deportistas tan peculiares.
El caso es que hemos casi logrado nuestro objetivo. Estar a las 10:00 en la batería con el fin de que el calor no nos machaque en exceso, a nosotros ni a la perra. Hemos estado a las 10:15 y tras almorzar como si estuvieramos de excursión hemos sentido la llamada de una rubia de pelo blanco, que por fin unos  45 minutos después encontrábamos junto al kiosko de Tentegorra.

Batería del monte Roldán

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